En 90 minutos, la película "Aguas salvajes" repasa el particular viaje de la francesa Nouria Newman, que pasó de los estanques artificiales a los ríos y cascadas más impresionantes del planeta.
En la película "Aguas salvajes" (ver abajo al completo), el director David Arnaud nos adentra en la vida de la francesa Nouria Newman, considerada hoy la mejor kayakista extrema del mundo. Sin embargo, en sus primeros años estuvo alejada de esta disciplina específica del piragüismo, brillando más en los recorridos de eslalon. Subcampeona del mundo de la especialidad, Nouria Newman decidió finalmente hace unos años abandonar las cuencas artificiales para dedicarse al kayak de expedición.
A sus 30 años, cuenta ya con un impresionante palmarés, con tres títulos mundiales de kayak extremo. Se ha enfrentado a las cataratas más altas del mundo y compite con hombres en los ríos más desafiantes del planeta.
"Aguas salvajes" también nos permite viajar con la saboyana, especializada en expediciones extremas en tierras lejanas. Aventuras que, obviamente, requieren un intenso trabajo antes de partir. "Primero paso horas buscando un lugar, una zona geográfica que me guste, donde haya cosas increíbles que hacer", explica Nouria. "Una vez definido este sueño básico, miro muchas imágenes de satélite, analizo el perfil del río, para hacerme una idea del caudal, el desnivel y estudiar la viabilidad. Si se puede bajar el río, hay que prever todos los problemas. Luego, formamos un equipo según el terreno. Chicas, chicos, no importa mientras haya respeto mutuo y todos se diviertan con objetivos comunes. También tiene que organizar el apoyo en tierra en caso de emergencia, y esta persona también puede asumir a veces el papel de enrutador meteorológico. Se trata de personas que no están in situ, pero sin las cuales la aventura se volvería realmente peligrosa.
Desde el Himalaya hasta la Patagonia, pasando por Islandia, "Aguas salvajes" demuestra hasta dónde ha llegado la francesa para alcanzar los límites de su deporte (ostenta el récord mundial de la mayor cascada jamás alcanzada por una mujer en kayak, con 31,7 metros de altura). A veces, no son los momentos pasados en el agua los más exigentes, sino las aproximaciones a los ríos, que son verdaderas expediciones en sí mismas, como la de Ecuador en el año autónomo 2021:
"Teníamos que bajar un río en 16 días, ¡pero no llegamos ni a la mitad en 22 días! Era la ruta más empinada que habíamos intentado en términos de pendiente. ¡Para que te hagas una idea, a 4 % de pendiente, es complicado y en este proyecto tuvimos largos tramos a 7 % y hasta 12 %! La dificultad en la selva es la progresión: cargar con nuestros kayaks durante un día para recorrer 2 kilómetros porque primero hay que abrir camino con un machete. Y una vez que estás en un cañón con laderas super empinadas, no hay vuelta atrás. Y para aumentar la dificultad, hay que ir cargando con los kayaks, ya que la corriente del río es demasiado fuerte para navegar. Por no hablar de las desfavorables condiciones meteorológicas: en cuanto llovía, el agua corría demasiado y teníamos que esperar a que bajara, a veces hasta tres días.
Referencia en su disciplina, Nouria Newman aún tiene que enfrentarse a muchos ríos y cascadas. Aunque nunca rechaza la noción de miedo, que considera útil para su práctica: "Para mí, el miedo es una herramienta, una superalarma. Te obliga a estar muy atento y concentrado. Mis peores accidentes en kayak ocurrieron cuando no tenía miedo, en mi zona de confort, como en Zanskar. Tienes que usar el miedo. Me gusta tener miedo, de lo contrario no me sometería a niveles tan altos de estrés y compromiso.