El deporte de alto nivel exige un trabajo incesante para llegar a lo más alto y superar constantemente tus límites. La excelencia exige el máximo rigor y perseverancia, y un poco de egoísmo para endurecerse y alcanzar los objetivos. Pero el deporte también nos lleva a veces por otros caminos, convirtiéndose en un lenguaje universal para llegar a los demás...
La escaladora suiza Nina Caprez pasó años esforzándose por alcanzar el máximo nivel. La escalada era el ritmo de su vida, y su rutina diaria se organizaba en torno a sus proyectos y objetivos de rendimiento, hasta que la vida la llevó por un camino diferente y a un nuevo compromiso. Ahora, madre de una niña, Nina redescubre la escalada con una nueva perspectiva y nuevas aspiraciones. Más allá del deporte y el rendimiento, la escalada se ha convertido en una palanca de desarrollo personal y emancipación, ¡una nueva forma de descubrir el mundo!