Steven Le Hyaric: 18 días y 4.200 km para cruzar Namibia

El francés Steven Le Hyaric tardó sólo 18 días en atravesar el desierto de Namibia en bicicleta. Una mirada a esta aventura extrema del ultraciclista.

En junio de 2022, Steven Le Hyaric partió en su bicicleta hacia Namibia y estaba a punto de embarcarse en la primera aventura de su proyecto 666. El proyecto le llevará a atravesar seis de los desiertos más duros del mundo, en seis continentes. El objetivo de esta primera etapa es recorrer 4.200 km en Namibia. El cicloaventurero (que el pasado mes de enero publicó su primer libro, "En Namibie", editado por Editions de la Phénicie) puede echar la vista atrás a una carrera rica en hazañas, procedente como procede del ciclismo profesional. 

Tras su carrera profesional, se convirtió en consultor de marcas deportivas y luego en responsable de comunicación de la Federación Francesa de Triatlón. En 2016, decidió dejarlo todo y pasar 120 días en Nepal para seguir sus sueños. Seguirán otras aventuras de este tipo: Cruce del Himalaya en bicicleta de montaña, París-Dakar en 20 días en bicicleta, cruce del lago Baikal en bicicleta, récord de Lhasa-Katmandú, récord del Kilimanjaro en bicicleta, Irán, Tíbet, Lofoten en Noruega, varias cumbres en Nepal, doble Ironman, varias victorias en pruebas de ultra resistencia.

En Namibia, finalmente consiguió su reto, a un ritmo de 250 km diarios, es decir, casi 10 horas diarias sobre la bicicleta, luchando contra temperaturas que oscilaban entre los 0 y los 45 grados en el norte del Namib. "El final de la ruta fue más difícil", relata el aventurero. "Una mañana, me desperté con niebla y 5°C, a pesar de que tenía que subir a 2.200 metros de altitud desde 70 metros. En una hora y media, el termómetro subió a 37°C. Este choque térmico me dolía y me volvía un poco loco sobre la bicicleta. Para colmo, no tenía ni un solo pueblo donde repostar.

En Namibia, el objetivo era a la vez deportivo y social. El Gravel Man quería sensibilizar y llamar la atención sobre los cambios actuales y futuros, las consecuencias para la naturaleza y los efectos en el cuerpo humano. El objetivo es mostrar la riqueza y la fragilidad del mundo, y sensibilizar sobre el cambio climático y, más concretamente, sobre la desertización de nuestros territorios.

En esta travesía por el desierto del Namib, Stéven se enfrentó a numerosos retos, como adaptarse a la falta de agua y al calor. Los encuentros con la población local y los animales fueron ricos en intercambio y aprendizaje. "Este Proyecto Desierto de Namibia no habría sido lo mismo sin la fauna salvaje que siempre me ha fascinado y que pude observar. En las carreteras, me crucé con cientos de 'pájaros estúpidos', otros tantos chacales, dik-dik, antílopes, caballos salvajes, kudus, oryx, ardillas, suricatas, facóqueros... También me crucé con bastantes babuinos, encuentros no siempre tranquilizadores sobre todo cuando estaba solo."

En los próximos meses, será el turno de otros desiertos, si la salud lo permite: Simpson en Australia, el de Atacama en Chile, el de Gobi entre Mongolia y China, y luego los trozos más grandes: la Antártida y el Ártico. 

Fotos: © Florent Schneider