Este fin de semana, el Festival des Templiers llegó a su fin con la victoria del francés Thomas Cardin y la neozelandesa Caitlin Fielder en la carrera de referencia, el Grand Trail des Templiers. We Rock Sport fue testigo (y participante) de esta 30ª edición del evento.
La semana pasada, 13.000 corredores recorrieron los senderos de los alrededores de Millau con motivo del Festival des Templiers. Carrera de referencia en el calendario internacional, este año celebraba su 30ª edición. Para celebrar la ocasión, los organizadores tuvieron la buena idea de invitar a algunos de los grandes nombres que han escrito la historia del evento, como Patrick Renard, ganador de la primera carrera en 1995 y participante en la Intégrale des Causses de este año, y Thomas Lorblanchet, con cuatro victorias en su haber en el Grand Trail des Templiers. Los antiguos vencedores tienen ahora derecho a que sus nombres figuren en un fresco que les rinde homenaje. Los creadores de la prueba, Gilles Bertrand y Odile Baudrier, lo descubrieron el sábado.
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Este año, el programa incluía 14 carreras. Por nuestra parte, optamos por una de las versiones más cortas, el Trail des Troubadours, de 12,1 km y 509 metros de desnivel. Pero aún quedaban cuatro subidas cortas en esta distancia, algunas de ellas lo suficientemente empinadas como para obligar a todo el mundo a superarlas andando (me vienen a la mente la que discurre por las laderas del barranco de Font Frege y la famosa subida de Carbassas, también utilizada por los Templiers). Afortunadamente, las fuertes lluvias de los días anteriores dieron paso a unas condiciones meteorológicas perfectas para las carreras del sábado y el domingo. Esto nos dio la oportunidad de aprovechar al máximo los descensos técnicos, que sin embargo eran siempre traicioneros, con rocas resbaladizas y raíces que podían ser traicioneras, sobre todo al final del recorrido si no estábamos lúcidos.
Otro aspecto destacado de la carrera de este año es el premio en metálico, que ha aumentado a 10.000 euros para los ganadores masculino y femenino de la prueba más importante de esta semana, el Grand Trail des Templiers. Se trata de uno de los mayores premios en metálico del mundo del trail running internacional. A las 5.15 de la mañana del domingo, 2.350 corredores tomaron la salida en los 80,4 km y 4.428 m de desnivel de esta carrera de primera categoría. La carrera fue devorada a una velocidad impresionante por los primeros clasificados, como lo demuestra su paso por el durísimo collado del Circo de Madasse, segunda dificultad importante del día, que precedió a los sectores recorridos en el Larzac, el valle de la Dourbie y el Causse Noir.
En la meta, fue el francés Thomas Cardin quien se colocó en cabeza en el ecuador de la carrera. Terminó la carrera en 6h38''14'', cruzando la línea de meta con la corona de laurel que le entregó Odile Baudrier. El atleta de Kiprun se tomó incluso el tiempo de volver sobre sus pasos y aplaudir a los numerosos espectadores que habían acudido a saludarle al final de su victorioso recorrido, tras haber confesado antes de la carrera que soñaba con ganar este Grand Trail des Templiers desde que era un niño. El Campeón de Europa se mostró imperioso el domingo, abriendo un hueco de 19 minutos sobre su más inmediato perseguidor, el portugués Miguel Arsenio. El tercer clasificado, el español Andreu Simon Aymerich, completó un podio muy internacional.
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El atleta que recibió los mayores aplausos del público fue el corredor local Goulwen Kerneguez, que llegó séptimo en la prueba y se mostró muy emocionado en la meta con su magnífica actuación de terminar entre los 10 primeros en casa. En la carrera femenina, varias nacionalidades también lograron el primer puesto, entre ellas la neozelandesa Caitlin Field, que se impuso en 7h42''. "La mayor victoria de mi carrera", reconoció en la meta. La noruega Sylvia Nordskar y la francesa Blandine L'Hirondel fueron segunda y tercera respectivamente. Las tres mujeres llegaron a la meta en un margen de 10 minutos.
Por último, aunque los atletas de élite fueron obviamente la principal atracción de este Festival des Templiers, la Belle de Millau, la distancia más corta pero no la menos importante, fue una de las muchas carreras organizadas. En el programa de esta 11ª edición figuraba una prueba benéfica de 4,2 km en beneficio de la Liga contra el Cáncer. La carrera, que comenzó a las 10 de la mañana del domingo 20 de octubre, fue un éxito innegable. Un total de 2.000 personas, la mayoría de ellas vestidas de rosa, recorrieron el corto trayecto que va desde la plaza del Mandarous de Millau hasta el Domaine de Saint-Estève, donde terminan los actos del Festival de los Templiers. Es una buena manera de hacer deporte por una buena causa.
