Entre Francia y España, la cordillera de los Pirineos ofrece una nieve polvo ideal para el freeride. Sentirse cerca de la naturaleza y experimentar sensaciones únicas exige, no obstante, respetar unas normas de seguridad elementales (piensa en el casco, el smartphone, la DVA y ¡nunca montes solo!). Freeriders de toda Europa acuden a los parajes pirenaicos.
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