Esquí con cometa en el Ártico: la expedición Loury Lag con Jack Wolfskin 

Durante las últimas semanas, el explorador francés ha estado en el Ártico intentando convertirse en el primer hombre en cruzar el Paso del Noroeste en una cometa de esquí.

3.500 kilómetros en solitario, temperaturas cercanas a los -70°C y un inmenso desafío nunca antes superado por el hombre. Hace unas semanas, el explorador francés Loury Lag se embarcó en una gran aventura ártica: convertirse en la primera persona en cruzar con éxito el Paso del Noroeste sobre una cometa de esquí. Jack Wolfskin es socio de esta expedición, bautizada como "Misión Ártica", y suministra equipamiento al explorador y a su equipo de logística y producción para ayudarles a sobrevivir en lugares donde el hombre no tiene cabida. La gama Discovery de Jack Wolfskin acompañará a todo el grupo. Esta colección se ha desarrollado especialmente para apasionados con sed de descubrir los lugares más remotos del mundo.

Para Loury Lag, el reto era inmenso. Tuvo que enfrentarse a vientos violentos, hielo que se derretía, grietas y osos polares. "Mission Arctic es la expedición más emocionante en la que he estado nunca", explicó antes de partir. "14 meses de preparación para algo menos de 3 meses sobreviviendo en una de las zonas más hostiles del planeta: el océano Ártico. Para mí era vital disponer de un equipo a la vez muy técnico y de alto rendimiento, pero también sostenible. La dimensión medioambiental es fundamental en esta expedición, ya que intentaré cruzar el Paso del Noroeste a medida que el hielo se derrite, y cada vez más deprisa con el calentamiento global. Vivimos para explorar, ¡y estamos encantados de compartir estos valores y esta aventura con Jack Wolfskin!

Sobre el terreno, nada fue fácil para el explorador, que fue publicando noticias en su cuenta de Instagram a medida que se desarrollaban sus aventuras. Tras 32 días de expedición, su viaje estuvo a punto de detenerse cuando una violenta ráfaga de viento le arrancó del suelo y le hizo volar: "Veo venir la caída y al caer hacia atrás, uno de mis esquís se planta en la nieve. Veo venir la caída y al retroceder, uno de mis esquís se clava en un bache de nieve formado por la tormenta. Caigo al suelo con fuerza. Una gran sacudida. Intento levantarme y me doy cuenta de que me he golpeado las costillas, el dolor me impide respirar mientras me pongo de pie, mi vela se retuerce y empieza a arrastrarme durante unos metros antes de que suelte el seguro para evitar golpearme de nuevo. Mi vela se hace un ovillo y empieza a moverse hacia atrás, demasiado. Al cabo de unos segundos me doy cuenta de que mi segundo cabo de seguridad no estaba atado y que iba a perder mi vela en el abismo ártico.

Después de 45 días allí, Loury explica incluso que ha decidido cambiar de estrategia: "Renuncio a las velas de cometa y al esquí de fondo. Tengo que admitir que el cambio climático ha ralentizado considerablemente mis estimaciones. Estoy en el extremo inferior de lo que había imaginado, en el peor de los casos. Después de haber recorrido más de 2.000 km esperando condiciones favorables, me doy cuenta de que no llegarán y, lo que es más importante, de que ya no existen. El viento de levante ha arruinado mis ambiciones de completar el Paso del Noroeste y establecer un récord.

El aventurero prosiguió su viaje valiéndose únicamente de sus brazos y piernas, realizando 15 horas de esfuerzo al día, cruzándose con osos (tres ejemplares avistados durante su travesía del pack de hielo), avanzando con un solo ojo durante cuatro días a causa de una mancha persistente, y luchando por no hundirse a pesar de los grandes bajones de energía. Finalmente, tras 77 días y 3.000 km, Loury Lag llegó al final de su aventura en el pueblo de Taloyoak.

"La verdad es que he venido aquí para intentar conseguir un récord que yo no haría", explica en Instagram. "La búsqueda de mi aventura ahora va mucho más allá de la gloria de los títulos. He venido aquí para enfrentarme a mis miedos. El miedo al paso del tiempo, que a todos nos pone cara a cara con un final. Para algunos más cerca que para otros, sé algo de eso. Me fui lleno de odio y violencia, queriendo una vez más ponerme en peligro para enfrentarme a mi cobardía. La cobardía de aceptar que me he pasado la vida sobreviviendo, luchando, engañando con el único objetivo de consumir la vida todo lo posible, por miedo a que se acabe. Tengo que cambiar para siempre y dejar atrás lo que fui, lo que ya no quiero ser. Me voy a casa con mi familia. Voy a coger la mano de mi padre al despedirme, a apoyar a mis hermanos y a darle un beso de despedida a mi madre. Voy a dedicar tiempo a vivir con sencillez, a disfrutar de las personas que más quiero en el mundo en lugar de consumir el tiempo arriesgando mi vida.

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