Este verano, Joffrey Maluski (el hombre que viajó Islandia de este a oeste), su novia y la amiga de ésta se dispusieron a conquistar las tierras salvajes de Escocia de una forma poco habitual: en bicicleta. Del 7 al 21 de julio, emprendieron un circuito de 800 km desde Glasgow, principalmente por carreteras de grava. Su ruta prometía paisajes impresionantes, desafíos físicos y una auténtica desconexión del mundo moderno.
Las primeras etapas: West Highland Way y Ben Nevis
Su viaje comenzó por los caminos de la Camino de West Highlanduna ruta emblemática que les llevó de Glasgow a Fort William. Este tramo inicial fue un aperitivo perfecto, en el que se mezclaron tramos de grava fluidos con subidas técnicas que pusieron a prueba rápidamente su resistencia. Uno de los puntos culminantes de este tramo fue el ascenso al Ben NevisEl pico más alto de Escocia, con 1.345 metros. Alcanzar la cumbre fue una auténtica prueba de voluntad, pero la vista panorámica de las Highlands desde la cima recompensó todos sus esfuerzos.
Hacia el Oeste: Fiordos y Lago Ness
Después de Fort William, su ruta les llevó hacia el oeste, hacia un fiordo cerca de Skye. Los paisajes contrastados -entre las escarpadas montañas y las tranquilas aguas de los fiordos- ofrecían un telón de fondo siempre cambiante que les dejó maravillados. Cada pedalada les acercaba más al famoso Lago Nessdonde la misteriosa extensión de agua y las leyendas locales añadieron un toque de misterio a su aventura.
La travesía de los Cairngorms: el punto culminante de la expedición
Para él, lo más destacado del viaje fue cruzar la parte oriental del Parque Nacional de Cairngormsde Ferry de Aviemore a Pitlochry. Esta parte del bucle reveló algunas excepcionales carreteras de grava que serpenteaban por las colinas, antes de convertirse en una ruta de senderismo que ascendía hasta casi 800 metros de altitud en las Highlands. Estar solo con la bicicleta en medio de estos paisajes grandiosos, lejos de la civilización, era un momento de pura felicidad, que combinaba libertad y paz interior.
Desconexión total: una aventura sin Internet
También habían optado por marcharse sin conexión a Internet, una elección deliberada para desconectar del mundo digital y volver a conectar con lo esencial. Esta vuelta a la sencillez les permitió vivir plenamente cada momento, sentir el paso del tiempo y reflexionar sobre su relación con la tecnología. A su regreso, tienen previsto compartir esta experiencia única en una conferencia, acompañada de un cortometraje, para inspirar a otros a encontrar un equilibrio entre tecnología y naturaleza.
Conclusión: volver a lo básico
A lo largo de este viaje de 800 km, el reloj Suunto Vertical en el manillar de su bicicleta fue un aliado inestimable, ya que les proporcionó mapas detallados para guiarles por las sinuosas carreteras de las Highlands. Este viaje por Escocia no fue sólo un reto físico, sino también una exploración interior, un regreso a nuestras raíces y una invitación a replantearnos nuestra relación con el tiempo y la naturaleza. Escocia, con sus impresionantes paisajes y su atmósfera mística, será recordada como una de las aventuras más gratificantes de sus vidas.